martes, 26 de marzo de 2024

EL ARTE DE LA GUERRA DE DESGASTE: LECCIONES DE LA GUERRA RUSA CONTRA UCRANIA

 


lunes 25 de marzo de 2024

Alex Vershinin

Si Occidente se toma en serio la posibilidad de un conflicto entre grandes potencias, debe analizar detenidamente su capacidad para librar una guerra prolongada y aplicar una estrategia centrada en el desgaste más que en la maniobra.

Las guerras de desgaste requieren su propio "arte de la guerra" y se libran con un enfoque "centrado en la fuerza", a diferencia de las guerras de maniobra que se "centran en el terreno". Tienen su origen en una enorme capacidad industrial que permite reponer las pérdidas, en la profundidad geográfica para absorber una serie de derrotas y en condiciones tecnológicas que impiden un rápido movimiento del suelo. En las guerras de desgaste, las operaciones militares están determinadas por la capacidad de un Estado para reemplazar las pérdidas y generar nuevas formaciones, no por maniobras tácticas y operativas. El bando que acepta la naturaleza de desgaste de la guerra y se concentra en destruir las fuerzas enemigas en lugar de ganar terreno tiene más probabilidades de ganar.

Occidente no está preparado para este tipo de guerra. Para la mayoría de los expertos occidentales, la estrategia de desgaste es contraintuitiva. Históricamente, Occidente prefirió el breve choque de ejércitos profesionales en el que el ganador se lo lleva todo. Juegos de guerra recientes, como la guerra del CSIS sobre Taiwán, abarcaron un mes de combates. La posibilidad de que la guerra continuara nunca entró en discusión. Esto es un reflejo de una actitud occidental común. Las guerras de desgaste se tratan como excepciones, algo que debe evitarse a toda costa y, en general, producto de la ineptitud de los líderes. Desafortunadamente, las guerras entre potencias cercanas probablemente sean de desgaste, gracias a una gran reserva de recursos disponibles para reemplazar las pérdidas iniciales. La naturaleza desgastante del combate, incluida la erosión del profesionalismo debido a las bajas, nivela el campo de batalla sin importar qué ejército comenzó con fuerzas mejor entrenadas. A medida que el conflicto se prolonga, la guerra la ganan las economías, no los ejércitos. Los Estados que comprendan esto y luchen en una guerra de este tipo mediante una estrategia de desgaste destinada a agotar los recursos del enemigo y al mismo tiempo preservar los propios tienen más probabilidades de ganar. La manera más rápida de perder una guerra de desgaste es centrarse en la maniobra, gastando recursos valiosos en objetivos territoriales de corto plazo. Reconocer que las guerras de desgaste tienen su propio arte es vital para ganarlas sin sufrir pérdidas abrumadoras.

La dimensión económica

Las guerras de desgaste las ganan las economías que permiten la movilización masiva de militares a través de sus sectores industriales. Los ejércitos se expanden rápidamente durante un conflicto de este tipo, lo que requiere cantidades masivas de vehículos blindados, drones, productos electrónicos y otros equipos de combate. Debido a que el armamento de alta gama es muy complejo de fabricar y consume grandes recursos, es imperativa una combinación de fuerzas y armas para ganar.

Las armas de alta gama tienen un rendimiento excepcional, pero son difíciles de fabricar, especialmente cuando se necesitan para armar a un ejército rápidamente movilizado y sujeto a un alto índice de desgaste. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial los Panzer alemanes eran tanques magníficos, pero utilizando aproximadamente los mismos recursos de producción, los soviéticos lanzaron ocho T-34 por cada Panzer alemán. La diferencia de rendimiento no justificaba la disparidad numérica en la producción. Las armas de alta gama también requieren tropas de alta gama. Se necesita mucho tiempo para entrenarlos, tiempo del que no se dispone en una guerra con altas tasas de desgaste.

Es más fácil y rápido producir grandes cantidades de armas y municiones baratas, especialmente si sus subcomponentes son intercambiables con bienes civiles, asegurando cantidades masivas sin la expansión de las líneas de producción. Los nuevos reclutas también absorben armas más simples más rápidamente, lo que permite la rápida generación de nuevas formaciones o la reconstitución de las existentes.

Lograr masa es difícil para las economías occidentales de alto nivel. Para lograr hipereficiencia, se deshacen del exceso de capacidad y luchan por expandirse rápidamente, especialmente porque las industrias de nivel inferior han sido transferidas al extranjero por razones económicas. Durante la guerra, las cadenas de suministro globales se interrumpen y ya no es posible asegurar los subcomponentes. A esto se suma la falta de mano de obra calificada y con experiencia en una industria en particular. Estas habilidades se adquieren a lo largo de décadas, y una vez que una industria cierra, lleva décadas reconstruirla. El informe interinstitucional del gobierno de EE. UU. de 2018 sobre la capacidad industrial de EE. UU. destacó estos problemas. La conclusión es que Occidente debe analizar detenidamente cómo garantizar el exceso de capacidad en tiempos de paz en su complejo industrial militar, o correr el riesgo de perder la próxima guerra.

Generación de fuerza

La producción industrial existe para que pueda canalizarse para reemplazar pérdidas y generar nuevas formaciones. Esto requiere doctrina y estructuras de mando y control apropiadas. Hay dos modelos principales; La OTAN (la mayoría de los ejércitos occidentales) y el antiguo modelo soviético, y la mayoría de los Estados despliegan algo intermedio.

Los ejércitos de la OTAN son altamente profesionales, respaldados por un fuerte Cuerpo de Suboficiales (NCO), con amplia educación y experiencia militar en tiempos de paz. Se basan en este profesionalismo para su doctrina militar ( fundamentos, tácticas y técnicas ) para enfatizar la iniciativa individual, delegando una gran libertad de acción a los oficiales subalternos y suboficiales. Las formaciones de la OTAN gozan de una enorme agilidad y flexibilidad para aprovechar las oportunidades en un campo de batalla dinámico.

En la guerra de desgaste, este método tiene una desventaja. Los oficiales y suboficiales necesarios para ejecutar esta doctrina requieren una amplia formación y, sobre todo, experiencia. Un suboficial del ejército estadounidense tarda años en desarrollarse . Un líder de escuadrón generalmente tiene al menos tres años de servicio y un sargento de pelotón tiene al menos siete. En una guerra de desgaste caracterizada por numerosas bajas, simplemente no hay tiempo para reemplazar los suboficiales perdidos o generarlos para nuevas unidades. La idea de que a los civiles se les puedan dar cursos de capacitación de tres meses, galones de sargento y luego esperar que se desempeñen de la misma manera que un veterano de siete años es una receta para el desastre. Sólo el tiempo puede generar líderes capaces de ejecutar la doctrina de la OTAN, y el tiempo es algo que las demandas masivas de la guerra de desgaste no dan.

La Unión Soviética construyó su ejército para un conflicto a gran escala con la OTAN. Se pretendía poder expandirse rápidamente recurriendo a reservas masivas. Todos los hombres de la Unión Soviética recibieron dos años de formación básica nada más terminar la escuela secundaria. La constante rotación de personal alistado impidió la creación de un cuerpo de suboficiales al estilo occidental, pero generó una enorme cantidad de reservas semientrenadas disponibles en tiempos de guerra. La ausencia de suboficiales confiables creó un modelo de mando centrado en los oficiales, menos flexible que el de la OTAN, pero más adaptable a la expansión a gran escala requerida por la guerra de desgaste.

Sin embargo, a medida que una guerra avanza más allá del año, las unidades de primera línea ganarán experiencia y es probable que surja un cuerpo de suboficiales mejorado, lo que le dará al modelo soviético una mayor flexibilidad. En 1943, el Ejército Rojo había desarrollado un robusto cuerpo de suboficiales , que luego desapareció después de la Segunda Guerra Mundial cuando las formaciones de combate fueron desmovilizadas. Una diferencia clave entre los modelos es que la doctrina de la OTAN no puede funcionar sin suboficiales de alto rendimiento. La doctrina soviética fue reforzada por suboficiales experimentados, pero no los requería.

En lugar de una batalla decisiva lograda mediante maniobras rápidas, la guerra de desgaste se centra en destruir las fuerzas enemigas y su capacidad para regenerar el poder de combate, preservando al mismo tiempo el propio.

El modelo más eficaz es una combinación de ambos, en la que un Estado mantiene un ejército profesional de tamaño medio, junto con una masa de reclutas disponibles para la movilización. Esto conduce directamente a una mezcla alta/baja. Las fuerzas profesionales de antes de la guerra forman la parte superior de este ejército, convirtiéndose en brigadas de maniobra, que se mueven de un sector a otro en la batalla para estabilizar la situación y llevar a cabo ataques decisivos. Las formaciones de bajo nivel mantienen la línea y ganan experiencia lentamente, aumentando su calidad hasta que obtienen la capacidad de realizar operaciones ofensivas. La victoria se logra creando formaciones de bajo nivel de la más alta calidad posible.

Convertir nuevas unidades en soldados con capacidad de combate en lugar de turbas civiles se logra a través del entrenamiento y la experiencia de combate. Una nueva formación deberá entrenar durante al menos seis meses , y sólo si está tripulada por reservistas con formación individual previa. Los reclutas tardan más. Estas unidades también deberían tener soldados y suboficiales profesionales traídos del ejército de antes de la guerra para agregar profesionalismo. Una vez que se completa el entrenamiento inicial, solo deben participar en la batalla en los sectores secundarios. No se debe permitir que ninguna formación caiga por debajo del 70% de su fuerza. Retirar las formaciones temprano permite que prolifere la experiencia entre los nuevos reemplazos a medida que los veteranos transmiten sus habilidades. De lo contrario, se pierde experiencia valiosa y el proceso comienza de nuevo. Otra implicación es que los recursos deberían priorizar los reemplazos sobre las nuevas formaciones, preservando la ventaja de combate tanto en el ejército de antes de la guerra (alto) como en las formaciones recientemente formadas (bajo). Es aconsejable disolver varias formaciones de antes de la guerra (de alto nivel) para distribuir soldados profesionales entre formaciones de bajo nivel recién creadas para aumentar la calidad inicial.

La dimensión militar

Las operaciones militares en un conflicto de desgaste son muy distintas de las de una guerra de maniobra. En lugar de una batalla decisiva lograda mediante maniobras rápidas, la guerra de desgaste se centra en destruir las fuerzas enemigas y su capacidad para regenerar el poder de combate, preservando al mismo tiempo el propio. En este contexto, una estrategia exitosa acepta que la guerra durará al menos dos años y se dividirá en dos fases distintas. La primera fase abarca desde el inicio de las hostilidades hasta el punto en que se ha movilizado suficiente poder de combate para permitir una acción decisiva. Verá pocos cambios posicionales en el terreno, centrándose en el intercambio favorable de pérdidas y aumentando el poder de combate en la retaguardia. La forma dominante de combate son los disparos en lugar de las maniobras, complementados con amplias fortificaciones y camuflaje. El ejército en tiempos de paz inicia la guerra y lleva a cabo acciones de contención, dando tiempo para movilizar recursos y entrenar al nuevo ejército.

La segunda fase puede comenzar después de que una de las partes haya cumplido las siguientes condiciones.

  • Las fuerzas recién movilizadas han completado su entrenamiento y adquirido suficiente experiencia para convertirlas en formaciones eficaces en combate, capaces de integrar rápidamente todos sus activos de manera cohesiva.
  • La reserva estratégica del enemigo está agotada, dejándolo incapaz de reforzar el sector amenazado.
  • Se logra superioridad en fuego y reconocimiento, lo que permite al atacante concentrar fuego de manera efectiva en un sector clave mientras le niega al enemigo lo mismo.
  • El sector industrial del enemigo está degradado hasta el punto de que no puede compensar las pérdidas en el campo de batalla. En el caso de luchar contra una coalición de países, sus recursos industriales también deben agotarse o al menos contabilizarse.

Sólo después de cumplir estos criterios deberían comenzar las operaciones ofensivas. Deben lanzarse a lo largo de un frente amplio, buscando abrumar al enemigo en múltiples puntos con ataques superficiales. La intención es permanecer dentro de una burbuja estratificada de sistemas de protección amigos, mientras se extienden las agotadas reservas enemigas hasta que el frente colapse. Sólo entonces la ofensiva debería extenderse hacia objetivos más profundos en la retaguardia enemiga. Debe evitarse la concentración de fuerzas en un esfuerzo principal, ya que esto da una indicación de la ubicación de la ofensiva y una oportunidad para que el enemigo concentre sus reservas contra este punto clave. La Ofensiva Brusilov de 1916 , que resultó en el colapso del ejército austrohúngaro, es un buen ejemplo de una ofensiva de desgaste exitosa a nivel táctico y operativo. Al atacar a lo largo de un frente amplio, el ejército ruso impidió que los austrohúngaros concentraran sus reservas, lo que provocó un colapso a lo largo de todo el frente. Sin embargo, a nivel estratégico, la Ofensiva Brusilov es un ejemplo de fracaso. Las fuerzas rusas no lograron establecer condiciones contra toda la coalición enemiga, centrándose únicamente en el Imperio austrohúngaro y descuidando la capacidad alemana. Los rusos gastaron recursos cruciales que no pudieron reemplazar sin derrotar al miembro más fuerte de la coalición. Para volver a enfatizar el punto clave, una ofensiva sólo tendrá éxito una vez que se cumplan los criterios clave. Intentar lanzar una ofensiva antes resultará en pérdidas sin ganancias estratégicas, jugando directamente en manos del enemigo.

Guerra moderna

El campo de batalla moderno es un sistema integrado de sistemas que incluye varios tipos de guerra electrónica (EW), tres tipos básicos de defensa aérea, cuatro tipos diferentes de artillería, innumerables tipos de aviones, drones de ataque y reconocimiento, ingenieros de construcción y zapadores, infantería tradicional, formaciones blindadas y, sobre todo, logística. La artillería se ha vuelto más peligrosa gracias al aumento del alcance y a la focalización avanzada, lo que amplía la profundidad del campo de batalla.

En la práctica, esto significa que es más fácil concentrar fuegos que fuerzas. Las maniobras profundas, que requieren la concentración del poder de combate, ya no son posibles porque cualquier fuerza concentrada será destruida por fuegos indirectos antes de que pueda lograr el éxito en profundidad. En cambio, una ofensiva terrestre requiere una burbuja protectora ajustada para protegerse de los sistemas de ataque enemigos. Esta burbuja se genera mediante la superposición de activos amistosos de contrafuego, defensa aérea y guerra electrónica. Mover numerosos sistemas interdependientes es muy complicado y es poco probable que tenga éxito. Los ataques superficiales a lo largo de la primera línea de tropas tienen más probabilidades de tener éxito con una relación de costos aceptable; Los intentos de penetración profunda quedarán expuestos a fuegos masivos en el momento en que salgan de la protección de la burbuja defensiva.

La integración de estos activos superpuestos requiere una planificación centralizada y oficiales de estado mayor excepcionalmente bien capacitados, capaces de integrar múltiples capacidades sobre la marcha. Se necesitan años para entrenar a tales oficiales, e incluso la experiencia de combate no genera tales habilidades en poco tiempo. Las listas de verificación y los procedimientos obligatorios pueden aliviar estas deficiencias, pero sólo en un frente estático y menos complicado. Las operaciones ofensivas dinámicas requieren tiempos de reacción rápidos, que los oficiales semientrenados son incapaces de realizar.

Un ejemplo de esta complejidad es el ataque de un pelotón de 30 soldados. Esto requeriría sistemas EW para bloquear los drones enemigos; otro sistema EW para bloquear las comunicaciones enemigas impidiendo el ajuste de los fuegos enemigos; y un tercer sistema EW para bloquear los sistemas de navegación espacial negando el uso de municiones guiadas con precisión. Además, los fuegos requieren radares de contrabatería para derrotar a la artillería enemiga. Lo que complica aún más la planificación es el hecho de que la guerra electrónica enemiga localizará y destruirá cualquier radar amigo o emisor de guerra electrónica que esté emitiendo durante demasiado tiempo. Los ingenieros tendrán que despejar caminos a través de los campos minados, mientras que los drones amigables proporcionarán ISR urgente y apoyo de fuego si es necesario (Esta tarea requiere mucho entrenamiento con las unidades de apoyo para evitar lanzar municiones sobre las tropas atacantes amigas). Finalmente, la artillería necesita brindar apoyo tanto en el objetivo como en la retaguardia enemiga, apuntando a las reservas y suprimiendo la artillería. Todos estos sistemas necesitan funcionar como un equipo integrado sólo para apoyar a 30 hombres en varios vehículos atacando a otros 30 hombres o menos. La falta de coordinación entre estos activos resultará en ataques fallidos y pérdidas terribles sin siquiera ver al enemigo. A medida que aumenta el tamaño de la formación que realiza operaciones, también aumenta el número y la complejidad de los activos que deben integrarse.

Implicaciones para las operaciones de combate

Los disparos profundos a más de 100-150 km (el alcance promedio de los cohetes tácticos) detrás de la línea del frente, tienen como objetivo la capacidad del enemigo para generar poder de combate. Esto incluye instalaciones de producción, depósitos de municiones, depósitos de reparación e infraestructura de energía y transporte. De particular importancia son los objetivos que requieren importantes capacidades de producción y que son difíciles de reemplazar o reparar, ya que su destrucción causará daños a largo plazo. Como ocurre con todos los aspectos de la guerra de desgaste, estos ataques tardarán mucho tiempo en surtir efecto, y los plazos se extenderán por años. Los bajos volúmenes de producción global de municiones guiadas con precisión de largo alcance, las efectivas acciones de engaño y ocultamiento, las grandes reservas de misiles antiaéreos y la enorme capacidad de reparación de Estados fuertes y decididos se combinan para prolongar los conflictos. La estratificación eficaz de las defensas aéreas debe incluir sistemas de alta gama en todas las altitudes, junto con sistemas más baratos para contrarrestar las plataformas de ataque masivas de baja gama del enemigo. Combinada con la fabricación a gran escala y una guerra electrónica eficaz, esta es la única forma de derrotar los fuegos profundos del enemigo.

La victoria en una guerra de desgaste está asegurada mediante una planificación cuidadosa, el desarrollo de bases industriales y de infraestructura de movilización en tiempos de paz, y una gestión aún más cuidadosa de los recursos en tiempos de guerra.

Una guerra de desgaste exitosa se centra en la preservación del propio poder de combate. Esto generalmente se traduce en un frente relativamente estático interrumpido por ataques locales limitados para mejorar las posiciones, utilizando artillería durante la mayor parte de los combates. La fortificación y ocultación de todas las fuerzas, incluida la logística, es la clave para minimizar las pérdidas. El largo tiempo necesario para construir las fortificaciones impide importantes movimientos terrestres. Una fuerza atacante que no pueda atrincherarse rápidamente sufrirá pérdidas significativas por los disparos de artillería enemiga.

Las operaciones defensivas ganan tiempo para desarrollar formaciones de combate de bajo nivel, lo que permite a las tropas recién movilizadas ganar experiencia de combate sin sufrir grandes pérdidas en ataques a gran escala. La creación de formaciones de combate experimentadas de bajo nivel genera la capacidad para futuras operaciones ofensivas.

Las primeras etapas de la guerra de desgaste van desde el inicio de las hostilidades hasta el punto en que los recursos movilizados están disponibles en grandes cantidades y listos para las operaciones de combate. En el caso de un ataque sorpresa, puede ser posible una ofensiva rápida por parte de un lado hasta que el defensor pueda formar un frente sólido. Después de eso, el combate se solidifica. Este período dura al menos un año y medio a dos años. Durante este período, deben evitarse operaciones ofensivas importantes. Incluso si los grandes ataques tienen éxito, provocarán importantes bajas, a menudo a cambio de ganancias territoriales sin sentido. Un ejército nunca debería aceptar una batalla en condiciones desfavorables. En la guerra de desgaste, cualquier terreno que no tenga un centro industrial vital es irrelevante. Siempre es mejor retirarse y conservar fuerzas, independientemente de las consecuencias políticas. Luchar en terrenos desventajosos quema unidades y pierde soldados experimentados que son clave para la victoria. La obsesión alemana con Stalingrado en 1942 es un excelente ejemplo de lucha en un terreno desfavorable por razones políticas. Alemania quemó unidades vitales que no podía permitirse perder, simplemente para capturar una ciudad que llevaba el nombre de Stalin. También es prudente empujar al enemigo a luchar en terrenos desventajosos mediante operaciones de información, explotando objetivos enemigos políticamente sensibles. El objetivo es obligar al enemigo a gastar material vital y reservas estratégicas en operaciones estratégicamente sin sentido. Un escollo clave que se debe evitar es ser arrastrado a la misma trampa que se le ha tendido al enemigo. En la Primera Guerra Mundial, los alemanes hicieron precisamente eso en Verdún, donde planearon utilizar la sorpresa para capturar un terreno clave y políticamente sensible, provocando costosos contraataques franceses. Desafortunadamente para los alemanes, cayeron en su propia trampa. No lograron ganar terreno clave y defendible desde el principio, y la batalla se convirtió en una serie de costosos asaltos de infantería por parte de ambos bandos, con fuegos de artillería devastadores para la infantería atacante.

Cuando comience la segunda fase, la ofensiva debe lanzarse en un frente amplio, buscando abrumar al enemigo en múltiples puntos mediante ataques superficiales. La intención es permanecer dentro de la burbuja estratificada de sistemas de protección amigos, mientras se extienden las agotadas reservas enemigas hasta que el frente colapse. Hay un efecto en cascada en el que una crisis en un sector obliga a los defensores a trasladar reservas de un segundo sector, sólo para generar a su vez una crisis allí. A medida que las fuerzas empiezan a retroceder y a abandonar las fortificaciones preparadas, la moral se desploma y surge la pregunta obvia: "Si no podemos defender la megafortaleza, ¿cómo podremos defender estas nuevas trincheras?". La retirada se convierte entonces en derrota. Sólo entonces la ofensiva debería extenderse hacia objetivos más profundos en la retaguardia enemiga. La ofensiva aliada de 1918 es un ejemplo. Los aliados atacaron a lo largo de un amplio frente, mientras que los alemanes carecían de recursos suficientes para defender toda la línea. Una vez que el ejército alemán comenzó a retirarse resultó imposible detenerlo.

La estrategia de desgaste, centrada en la defensa, es contraintuitiva para la mayoría de los oficiales militares occidentales. El pensamiento militar occidental considera la ofensiva como el único medio para lograr el objetivo estratégico decisivo de obligar al enemigo a sentarse a la mesa de negociaciones en términos desfavorables. La paciencia estratégica necesaria para establecer las condiciones de una ofensiva va en contra de la experiencia de combate adquirida en operaciones de contrainsurgencia en el extranjero.

Conclusión

La conducción de las guerras de desgaste es muy diferente de la de las guerras de maniobra. Duran más y terminan poniendo a prueba la capacidad industrial de un país. La victoria está asegurada por una planificación cuidadosa, el desarrollo de la base industrial y el desarrollo de la infraestructura de movilización en tiempos de paz, y una gestión aún más cuidadosa de los recursos en tiempos de guerra.

La victoria se puede lograr analizando cuidadosamente los objetivos políticos propios y del enemigo. La clave es reconocer las fortalezas y debilidades de los modelos económicos competitivos e identificar las estrategias económicas que tienen más probabilidades de generar el máximo de recursos. Estos recursos luego se pueden utilizar para construir un ejército masivo utilizando una combinación de armas y fuerza alta/baja. La conducción militar de la guerra está impulsada por objetivos políticos estratégicos generales, realidades militares y limitaciones económicas. Las operaciones de combate son superficiales y se centran en destruir los recursos enemigos, no en ganar terreno. La propaganda se utiliza para apoyar operaciones militares, y no al revés. Con paciencia y una planificación cuidadosa, se puede ganar una guerra.

Desafortunadamente, muchos en Occidente tienen una actitud muy arrogante de que los conflictos futuros serán breves y decisivos. Esto no es cierto por las mismas razones expuestas anteriormente. Incluso las potencias globales medianas tienen tanto la geografía como la población y los recursos industriales necesarios para llevar a cabo una guerra de desgaste. La idea de que cualquier potencia importante se echaría atrás en caso de una derrota militar inicial es, en el mejor de los casos, una ilusión. Cualquier conflicto entre grandes potencias sería visto por las elites adversarias como existencial y perseguido con todos los recursos disponibles para el Estado. La guerra resultante será de desgaste y favorecerá al Estado que tenga la economía, la doctrina y la estructura militar más adecuadas para esta forma de conflicto.

Si Occidente se toma en serio un posible conflicto entre grandes potencias, debe examinar detenidamente su capacidad industrial, su doctrina de movilización y sus medios para librar una guerra prolongada, en lugar de realizar simulacros de guerra que abarquen un solo mes de conflicto y esperar que la guerra termine después. Como nos enseñó la guerra de Irak, la esperanza no es un método

 

Fuente: https://geoestrategia.es/noticia/42528/defensa/el-arte-de-la-guerra-de-desgaste:-lecciones-de-la-guerra-rusa-contra-ucrania.html

 

PRIVATIZACIÓN DEL PENTÁGONO Y SIMULTÁNEA MILITARIZACIÓN DE SILICON VALLEY, WALL STREET Y EL DÓLAR


lunes 25 de marzo de 2024

Alfredo Jalife-Rahme

El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, exmiembro del Consejo Directivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon, lanzó la Oficina de Capital Estratégico para atraer capitales privados de Wall Street en apoyo a la 'seguridad nacional' centrada en la 'tecnología crítica' y la 'cadena de suministros'. EEUU se siente acorralado por China y Rusia.

Hoy, en la fase pos-Ucrania y con el lastre a cuestas del genocidio de Israel en Gaza, EEUU, en su fase de acelerado declive —cuando hasta su gran aliado el think tank Chatham House vaticina su implosión— solo ostenta una ventaja en tres rubros: 1) Su "guerra de propaganda", casi oligopólica a escala global, que hasta el presidente Putin reconoció en su ya clásica entrevista con el máximo comunicador estadunidense Tucker Carlson; 2) La supremacía del dólar que ya inició su fase de desdolarización irreversible, como expuse en mi reciente libro Nuevo Orden Geofinanciero Multipolar: Desdolarización y Divisa BRICS"; y 3) La Computación Cuántica.

Biden ha sufrido dos tremendas derrotas: su humillante retirada de Afganistán y el fracaso de su estratagema en Ucrania que define, a mi juicio, el Nuevo Orden Mundial a favor de la multipolaridad policéntrica y en detrimento de la unipolaridad globalista, sin contar el indeleble epílogo metahistórico del genocidio en Gaza que ha mancillado por su codependencia y complicidad tanto a Israel como a Washington.

Ya desde el año pasado, en los superestratégicos rubros de tecnología de punta, China aventajaba azorantemente a EEUU en 37 de los 44 rubros evaluados. EEUU solamente destaca en la computación cuántica.

Sería un grave error de juicio, nada aplicable al restante de los países del planeta por sus idiosincrasias específicas, intentar separar en el sistema estadunidense del poder tan sui generis, el dominio "público" del poder "privado" que, en realidad, conforman un solo sistema indivisible e irrepetible en otros lugares del mundo por las características propias y fundacionales del propio EEUU —que hasta recuerda el libro del siglo XVIII de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville, que anticipó 70 años antes la "mano invisible" de Adam Smith, cuyo subtítulo lo dice todo y que representa el paroxismo del modelo capitalista y su indisociable e inseparable binomio público/privado: Vicios Privados, Virtudes Públicas.

Más allá de los Twitter Files —el control de la red social por operadores de CIA y FBI, según Elon Musk—, no se puede soslayar el Génesis, en espera de su Apocalipsis, del internet creado por el Pentágono mediante el DARPA cuando ahora el Departamento de Defensa ha retomado el control de Silicon Valley y sus poderosas trasnacionales cibernéticas mediante el DIB (Defense Innovation Board).

La interoperabilidad y simbiosis entre el Pentágono y la Bolsa de Valores de Wall Street fue obscenamente expuesta cuando el contralmirante John Poindexter, asesor de Seguridad Nacional del presidente Reagan, fue obligado a renunciar dos años después del supuesto montaje del 11/9 del 2001, debido a la divulgación de un "plan del Pentágono para manejar un mercado bursátil de futuros sobre el terrorismo": "El plan era crear una oficina de bursatilización en línea que habría recompensado a los inversionistas que pronosticaran ataques terroristas, asesinatos y golpes de Estado".

Aunque suene inverosímil para los ignaros/desinformados/leguleyos, el Pentágono buscaba privatizar el terrorismo y los golpes de Estado, lo cual le hubiera dejado suculentos dividendos al poseer, como se dice en francés, los tenants et aboutissants (sus entresijos).

Uno de los graves errores de EEUU en la fase pos-Ucrania consistió en haber "militarizado" a su otrora omnipotente dólar que, con sus aliados, confiscó los más de 300.000 millones de dólares de reservas de Rusia en la banca occidental, y, además, asestó deletéreas sanciones que provocaron un efecto bumerán debido a la triple alza de los hidrocarburos, los alimentos, y los fertilizantes, donde salieron dañados los países europeos y a EEUU le impactó con su todavía incoercible inflación —sin contar que aceleró la desdolarización en beneficio de los BRICS.

Es todo un tema que merece una enciclopedia especializada abordar los frecuentes faltantes multimillonarios en las cuentas del Pentágono, curiosamente manipuladas por sus magos contralores y auditores, que de facto han privatizado sus agujeros negros contables mediante su irremediable pago por los sacrificados ciudadanos desinformados y/o intoxicados por la propaganda negra de los multimedia de EEUU.

Dejo de lado la reciente evaluación paranoica de Rand Corporation sobre la competencia de Rusia y China frente al declive de EEUU, para no decir de todo Occidente, como demuestra impecablemente el pensador francés Emmanuel Todd en su reciente libro La Derrota de Occidente.

Se demuestra así que el modelo de la militarización de Wall Street y Silicon Valley, no se diga del dólar estadunidense, concomitante a la privatización del Pentágono, no es nada nuevo, sino que proviene de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville.

Cabe señalar que el general Lloyd Austin personifica perfectamente la tendencia del Pentágono, ya que fue miembro del consejo consultivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon (hoy RTX), que está haciendo su agosto con la venta de armas en Ucrania y en Gaza y que, de paso, participa sustancialmente en el crecimiento del PIB estadounidense.

Desde diciembre de 2022, el hoy secretario del Pentágono, Lloyd Austin, lanzó la Oficina de Capital Estratégico (OCE) para "atraer y escalar (sic) el capital privado en apoyo a la seguridad nacional".

En forma tramposa, el mandamás del Pentágono aduce que "EEUU está en una competencia global por el liderazgo en tecnologías críticas. Hoy en día, el capital privado financia la gran mayoría de la tecnología crítica y las cadenas de suministro que necesita el Departamento de Defensa. En consecuencia, el capital privado es un recurso vital para el Departamento y una fuente clave de ventaja comparativa de EEUU en la competencia tecnológica. Por lo tanto, trabajar con proveedores de capital es un imperativo de seguridad nacional".

Como si lo anterior fuera poco, la misma OCE difunde que el Dr. William LaPlante —con todo un historial impactante desde Draper Laboratory, pasando por MITRE National Security, hasta Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory (APL)—, se reunió el 5 de marzo en la ciudad de Nueva York con una "amplia gama de firmas de capital privado y de funcionarios prominentes del sector financiero para discutir la participación en el mercado (¡super-sic!) de defensa y las oportunidades para la colaboración", donde destacó su reunión con el anterior alcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, con quien discutió "prioridades y temas de adquisición y mantenimiento que incluyen la ciberseguridad, la base industrial de defensa y la aviación comercial" con el fin de implementar la Estrategia de Defensa Industrial Nacional.

¡Bernard de Mandeville sigue más vivo que nunca en el Pentágono tres siglos más tarde!

 

Fuente: https://geoestrategia.es/noticia/42523/geoestrategia/privatizacion-del-pentagono-y-simultanea-militarizacion-de-silicon-valley-wall-street-y-el-dolar.html


ELECCIONES PRESIDENCIALES: SOÑAR NO CUESTA NADA

 


       Dr. Hugo Salinas

       hugosalinasgonzalez@gmail.com

La elección de Pedro Castillo Terrones, en tanto que Presidente de la República del Perú, nos invita a reflexionar sobre un tema de actualidad. ¿Cómo poner en práctica un modelo socio-económico que está diseñado para eliminar las inmensas desigualdades socio-económicas, comenzando por la eliminación del desempleo y la pobreza? ¿Será posible que la inmensa mayoría de la población pueda, una vez más, elegir a uno de los suyos para que inicie un proceso de Transformación socio-económica, política, cultural…?

Al parecer, es posible repetir el plato si tomamos seriamente en consideración la información estadística que nos proporciona la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales). Se trata de la información estadística concerniente al resultado de las elecciones generales del 2021, en donde precisamente fue elegido como Presidente de la República el profesor primario y rondero, Pedro Castillo Terrones.

En los rubros que nos concierne, la información estadística que nos proporciona la ONPE presenta la información siguiente:

 

ELECCIONES GENERALES 2021 – Presidente Pedro Castillo Terrones

 

Votos emitidos*        %     Descripción

    25 287 954        100,0 Electores hábiles

      2 190 059            8,7 Votos en blanco

      1 523 027            6,0 Votos nulos

      7 574 238           30,0 Ausentes

      2 724 752           10,8 Votos a favor de Pedro Castillo Terrones en primera vuelta

    14 012 076           55,5 Votos en blanco + nulos + ausentes + a favor de Pedro Castillo

     14 400 630          56,9 Total de votos válidos

(*) Fuente: Página web de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales), Perú

 

Para el año 2021, la población total del Perú fue de 33.7 millones de personas, de las cuales 25.3 millones eran “electores hábiles”; personas habilitadas para exprimir su voto por el candidato presidencial de su preferencia. Es decir, según la ONPE, solamente el 75.1% del total de habitantes del país eran “electores hábiles”. Un cuarto de la población no tenía ningún derecho a participar en el proceso electoral. Un cuarto de la población no podía participar en una fiesta electoral de vital importancia para la salud de la Democracia.

Algo más, según los datos de la misma ONPE, y siempre para las elecciones 2021, solamente 14. 4 millones de votos (una persona, un voto) fueron considerados “votos válidos”. Es decir, el 57.3% del total de la población del Perú estaba fuera de la fiesta electoral. Vaya tamaño “margen” de juego en las manos de la ONPE y el JNE para declarar al ganador de la silla presidencial. Un “margen” nada despreciable para que se deslice todo tipo de corrupción, y a la cual están bien acostumbrados tanto la ONPE como el JNE.

Pero, supongamos que nuestros funcionarios tanto de la ONPE como del JNE juegan limpio y son honestos de principio a fin. Resulta que con la información estadística proporcionada por la ONPE, es posible repetir el plato; es decir, es posible que podamos nuevamente elegir a un hijo del pueblo como lo fue Pedro Castillo Terrones.

Pruebas al canto. Resulta que, si sumamos los votos en blanco, nulos, ausentes y, si a dicho resultado le agregamos la cantidad de votos que Pedro Castillo obtuvo en primera vuelta, podemos fácilmente alcanzar a 14.0 millones de votos. Es decir, todo aquel hijo del pueblo, y que tenga el respaldo del pueblo, puede fácilmente alcanzar el 56.9% del total de votos válidos, y ser ungido Presidente de la República en la primera vuelta de las elecciones generales. Muy interesante y tentador.

Y es bueno añadir que aquí no estamos considerando la “corrida” de votos que se produce en la segunda vuelta en donde, como la experiencia de Pedro Castillo lo ha demostrado, él pasa de un débil 19% a obtener una votación de más del 50% que le permitió ser elegido Presidente la República. Es decir, si se consigue que esa “corrida” de aproximadamente 30% de votos se dirija hacia el candidato hijo del pueblo, ello permitiría, en primera vuelta, alcanzar un nivel de votos superior al 70% del total de votos válidos. Una elección por abrumadora mayoría.

Como les decía, soñar no cuesta nada, pero ya Pedro Castillo así como Ollanta Humala realizaron la hazaña gracias al respaldo de la población. ¿Por qué no intentarlo de nuevo? Pero no se olviden, sin la defensa del voto hasta el último segundo del proceso electoral, la victoria no está garantizada, tal como lo demostraron Pedro Castillo y Ollanta Umala.

¿Existen otras alternativas para “conquistar” el sillón presidencial? Claro que sí, de las cuales hablaremos en otro momento. De igual modo, es necesario hacerse la pregunta, ¿y todo esto para qué? Indudablemente que llegar a ser Presidente de la República no es suficiente para Transformar el país, como lo ha demostrado Pedro Castillo Terrones y Ollanta Umala Tasso.

 Antes de iniciar la carrera en la conquista del sillón presidencial, es necesario contar con un Plan de Gobierno claramente definido de Transformación socio-económica del país, y con el personal suficiente en número y en calidad conceptual para ponerlo en práctica. Sobre este tema también hablaremos más adelante. Por lo tanto, deje de dormir, lo importante es soñar en el destino de nuestra sociedad y de nuestro país. Y como decía, soñar no cuesta nada.

Saint-Nazaire, Francia, 19 de febrero del 2024

lunes, 25 de marzo de 2024

LOS OBJETIVOS DE LA OPERACIÓN MILITAR ESPECIAL DE RUSIA EN UCRANIA



(23 de marzo de 2024)

Por Miguel Aragón

I

Desde un comienzo se sabe que la Operación Militar Especial (OME) iniciada por el gobierno ruso el 24 de febrero de 2022, tiene dos objetivos:

1.- Que se cumplan los "Acuerdos de Minsk", por los cuales el gobierno de Kiev se comprometió a respetar la Autonomía de las Repúblicas de Donest y Lugansk, ubicadas en la parte oriental de Ucrania.

El objetivo del gobierno de Rusia no es invadir ni ocupar territorio de Ucrania.

Si al comienzo se bombardeó otras zonas de la parte occidental y central de Ucrania, fue con el objetivo de atacar bases militares, para debilitar y paralizar a la fuerza aérea de Ucrania.

Después de logrado ese objetivo táctico, toda la lucha militar se ha concentrado en la parte oriental de Ucrania, logrando el objetivo de expulsar a las fuerzas militares de Ucrania del territorio de Donest y Lugansk.

Cuando el ejército de Ucrania intentó contratacar, las fuerzas de Rusia los han repelido y los han hecho retroceder. En ese caso, las fuerzas rusas han avanzado más allá del objetivo inicial. La intención no es ocupar Ucrania, sino obligar al gobierno de Kiev   a negociar un Alto al fuego.

2.-El segundo objetivo de la OME es que el gobierno de Kiev se comprometa a no integrarse a la OTAN, y por lo tanto, que la OTAN (máscara de USA) no cóloque plataformas lanzamisiles apuntando a Moscu o Petersburgo. 

II

Rusia actualmente es un país capitalista monopolista, pero no es un país hegemonista ni imperialista,  como sí  lo son USA, el Reino Unido, o Francia.

Confundir "capitalismo monopolista" con "imperialismo" es uno de los más graves errores teóricos en los cuales incurren muchos socialistas.

Tenemos que volver a estudiar los textos básicos de Lenin, y estudiar toda la historia de los últimos cien años.

Los pueblos del mundo tenemos que movilizarnos y apoyar el rechazo a los planes guerreristas de la OTAN, y exigir el pronto inicio de las negociaciones de paz, por la unidad de los pueblos de Rusia y de Ucrania, y de todo el mundo.

CRÓNICA DE UNA ENTREVISTA A KARL MARX (1880)


Mario Espinoza Pino | John Swinton

18/MAR/2024

 

En agosto de 1880 Karl Marx (1818-1883) recibió en Ramsgate la visita de John Swinton (1829-1901), periodista del diario norteamericano The Sun (New York). El encuentro impresionó tanto a Swinton que unas semanas después publicaba en portada una crónica de aquella reunión informal. Hay que decir que Swinton no era un periodista cualquiera. Escocés de nacimiento, emigró muy joven con su familia a Canadá (Montreal) para después desplazarse con sus padres a New York. Ya desde muy temprano se interesó por el mundo de la imprenta y la prensa, trabajando como aprendiz para el periódico Montreal Witness. Tras algunos intentos frustrados por avanzar en la carrera de medicina, se enroló definitivamente en el oficio periodístico, adentrándose al mismo tiempo en el terreno de la política de su época. Combatió fervientemente la esclavitud –participando en la campaña por su abolición definitiva– para luego ser corresponsal durante la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865). Pero no sólo se enfrentó a los Estados esclavistas, sino que defendió con tesón los derechos de las clases trabajadoras, involucrándose en el movimiento sindical norteamericano, al que daría amplia cobertura en la esfera pública. Podría decirse que siempre eligió la trinchera adecuada.

Swinton jugó sin duda un papel muy importante como redactor y editor. Participó en los diarios más importantes de su tiempo: el New York Times, el New York Tribune, medio en el que el propio Marx había trabajado como corresponsal europeo, y en The Sun, del cual llegaría a ser editor en jefe. Poco antes de terminar su periplo en The Sun, en una cena previa al lanzamiento de su diario en 1883, el John Swinton’s Paper, el periodista dio un conocido discurso en el que criticaba a la autodenominada “prensa independiente”: “Somos los instrumentos y los vasallos de los ricos entre bastidores. Somos saltimbanquis. Ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestras vidas y nuestras posibilidades son enteramente propiedad de otros hombres”. El diario de John Swinton solo subsistió hasta 1887, pero se marcó objetivos políticos y sociales muy claros desde su inicio. Entre ellos estaba defender los derechos de los trabajadores y cubrir las noticias de los sindicatos, así como combatir todos los daños provocados por la industria a los obreros. Por otro lado, se esforzó en advertir “al pueblo americano contra los planes traicioneros y aplastantes de Millonarios, Monopolistas y Plutócratas”. Concibió su nuevo medio como una herramienta de organización y denuncia, promoviendo a su vez reformas legislativas que favoreciesen a las clases trabajadoras. Pero de fondo lo que buscaba era convertir aquellas páginas en el elemento aglutinador de las fuerzas políticas que buscaban la reforma social.

Cuando Swinton visitó a Marx, el periodista seguía trabajando para The Sun, realizando reportajes con un estilo crítico y social inconfundible –Engels llegará a describirlo como un “comunista americano” en un intercambio epistolar con August Bebel un año después (30 de marzo de 1881)–. Aunque no se conserva la carta que Swinton envió a Marx para concertar la reunión, la respuesta de Marx, fechada el 15 de agosto de 1880, fue tan amable como escueta: “Me estoy quedando aquí con mi familia y, si dispone de tiempo, estaré encantado de verlo en Ramsgate”. Si tenemos en cuenta la dilatada trayectoria como periodista y agitador de Swinton, sus intereses y compromisos políticos, resulta más que probable que sus expectativas respecto a Marx fuesen muy elevadas. Pues ¿quién era realmente aquel temido filósofo y revolucionario cuya fama databa de antes de las Revoluciones de 1848? ¿Qué personalidad tendría aquel viejo diablo fundador de la temida Primera Internacional? Como podremos ver a continuación, además de una hermosa escena familiar e íntima, la huella que dejaron Marx y su familia en Swinton fue honda. Tanto que ambos siguieron carteándose e incluso “conspirando” juntos unos años más –los últimos años del Moro–.


Karl Marx

Crónica y entrevista por John Swinton

para The Sun, No. 6, 6 de septiembre, 1880

Uno de los más notables hombres de la época, que ha jugado un enigmático pero pujante papel en la política revolucionaria de los últimos cuarenta años, es Karl Marx. Un hombre sin deseos de fama u ostentación, al que nada le importan la fanfarronadas de la vida o las pretensiones de poder. Sin prisa y sin descanso, este hombre de mente fuerte, amplia y elevada, lleno de proyectos de gran alcance, métodos lógicos y objetivos prácticos, ha estado y aún está detrás de muchos de los terremotos que han convulsionado naciones y destruido tronos, y ahora amenaza y horroriza a las testas coronadas y los fraudes establecidos más que cualquier otro hombre en Europa, sin exceptuar al propio Giuseppe Mazzini. El estudiante de Berlin, crítico del hegelianismo, editor de periódicos y antiguo corresponsal del New York Tribune ha mostrado sus cualidades y coraje. El fundador y espíritu maestro de la antaño temida Internacional y el autor de “El Capital” ha sido expulsado de la mitad de los países de Europa, proscrito en casi todos ellos, y desde hace treinta años ha encontrado refugio en Londres. Él estaba en Ramsgate, el gran balneario de los londinenses, mientras yo pasaba por Londres, y allí lo encontré, en su casa de campo, con su familia de dos generaciones. La mujer con rostro de santa, suave, elegante y de dulce voz que me dio la bienvenida era, evidentemente, la señora de la casa y la esposa de Karl Marx. ¿Pero es este hombre de sesenta años, de cabeza maciza, facciones generosas, cortés y amable, con esa espesa cabellera de largas canas revueltas, Karl Marx? Su diálogo me recordó al de Sócrates –muy libre, muy profundo, incisivo y genuino– con sus toques sarcásticos, destellos de humor y alegría juguetona. Habló de las fuerzas políticas y los movimientos populares de varios países de Europa –la gran corriente del espíritu de Rusia, los movimientos de la mentalidad alemana, la acción de Francia, la inmovilidad de Inglaterra–. Departió esperanzadamente de Rusia, filosóficamente de Alemania, alegremente de Francia y sombríamente de Inglaterra, refiriéndose con desprecio a las “reformas atomísticas” a las que los Liberales del Parlamento dedican su tiempo. Al examinar el mundo europeo, país tras país, indicando los rasgos, los desarrollos y los personajes sobre la superficie y bajo ella, me mostró que las cosas estaban encaminadas hacia fines que seguramente se realizaran. Era evidente que este hombre, al que tan poco se ve y se oye, está inmerso en lo profundo de la época, y que desde el Nevá al Sena, de los Urales a los Pirineos, su mano está trabajando y prepara el camino para el nuevo advenimiento. Su trabajo tampoco se desperdicia ahora más que en el pasado, durante el cual se han producido muchos cambios deseables, se han visto numerosas heroicas batallas y la república francesa se ha levantado a las alturas. Mientras él hablaba, la cuestión que yo había formulado “¿Porqué no hacéis nada ahora?”, se antojaba como una pregunta de ignorante, y una a la que no podía responder directamente. Al preguntarle por qué su gran obra “El Capital”, el campo sembrado de tantas cosechas, no había sido traducido al inglés como si lo había sido al ruso y al francés del alemán original, no supo responderme, pero comentó que la propuesta para una traducción al inglés le había llegado de New York. Dijo que el libro no era más que un fragmento, una sola parte de un trabajo en tres partes, dos de las cuales aún no se han publicado, siendo la trilogía completa “Tierra”, “Capital” y “Crédito”; la última parte, comentó, se encuentra ampliamente ilustrada desde los Estados Unidos, donde el crédito ha tenido tan fulgurante desarrollo. El señor Marx es un gran observador de la actividad americana, y sus comentarios sobre algunas de las fuerzas formativas y sustantivas de la vida estadounidense estaban repletas de lúcidas sugerencias. Por cierto, en referencia a su “Capital”, dijo que cualquiera que desease leerlo encontraría la traducción francesa muy superior en muchos sentidos a la alemana original. El señor Marx se refirió al francés Henri Rochefort, y en su conversación sobre algunos de sus discípulos ya fallecidos, el tempestuoso Bakunin, el brillante Lassalle y otros más, pude ver cómo su genio había tomado posesión de unos hombres que, en otras circunstancias, podían haber dirigido el curso de la historia.

La tarde está declinando hacia el crepúsculo de una noche de verano inglesa, mientras el señor Marx discurre y propone un paseo a través de la ciudad costera, a lo largo de la orilla hasta la playa, en la que vemos infinidad de personas, sobre todo niños disfrutando alocadamente. Aquí, sobre la arena, encontramos a su familia –la mujer, que ya me había dado la bienvenida, sus dos hijas con sus hijos y sus dos yernos, uno de los cuales es profesor en el King’s College de Londres, y el otro, creo, un hombre de letras–. Fue una fiesta deliciosa –éramos diez en total– el padre de las dos jóvenes esposas, felices con sus niños, y la abuela de los pequeños, generosa en la alegría y serenidad de su naturaleza de esposa. No menos finamente que Victor Hugo entiende Karl Marx el arte de ser abuelo; pero, más afortunado que Hugo, las hijas casadas de Marx viven para alegrar sus largos años. Al anochecer, Marx y sus yernos se separan de la familia para pasar una hora con su invitado americano. Y la conversación versó sobre el mundo, el hombre, el tiempo, las ideas, mientras nuestras copas tintineaban sobre el mar. El tren no espera a nadie, y la noche está al caer. Sobre el pensamiento del parloteo y el estrépito de la época y las edades, sobre la charla del día y las escenas de la tarde, surgió en mi mente una cuestión tocando la ley última del ser, para la cual buscaría respuesta en este sabio. Descendiendo a las profundidades del lenguaje, y elevándome a la altura del énfasis, durante un espacio de silencio, interrogué al revolucionario y filósofo con estas fatídicas palabras, “¿Cuál es?”. Y pareció como si su mente se invirtiese por un momento mientras miraba de frente al mar embravecido y a la inquieta multitud sobre la playa. “¿Cuál es?”. Había preguntado, a lo cual respondió, en tono profundo y solemne: ¡La lucha!

Al principio me pareció como si hubiese oído el eco de la desesperación; pero, tal vez, se trataba de la ley de la vida.

 

Fuente: https://vientosur.info/cronica-de-una-entrevista-a-karl-marx-1880/

 

viernes, 22 de marzo de 2024

DAREEN TATOUR, POETA PALESTINA: "RESISTE, MI PUEBLO, RESISTE CONTRA ELLOS"

 


La autora del poema "Qawem Ya Shaabi Qawemahum" (Resista a mi pueblo, resite contra ellos), Dareen Tatour es una poeta palestina que fue arrestada el 11 de octubre de 2015 por la policía israelí. El 2 de noviembre de 2015 fue acusada de incitación a la violencia y de apoyar a una organización terrorista. En el centro de las acusaciones estaba su poema. Solo el 17 de julio de 2016, durante la audiencia final del caso de la fiscalía, se acordó que a Tatour se le permitiría cumplir con su arresto domiciliario en Reineh con su familia.

Se trata de un poema muy actual, en estos momentos en los que el pueblo palestino está comprobando de nuevo que el engaño de la solución negociadora con el régimen de apartheid que sufren bajo la bota de la minoría sionista no lleva a ningún sitio y que solo le queda la única salida de seguir luchando contra el sionismo y el imperialismo

"No voy a sucumbir a la “solución pacífica”, nunca bajaré mis banderas hasta que los eche de mi tierra", dice el poema de Tatour. Y a las puertas de la tercera intifada, ya anunciada por Hamas, tras el reconocimiento por el gobierno de Trump de Jerusalén como capital de Israel, saltándose las resoluciones de la ONU al respecto y toda legislación internacional, estos versos están en la cabeza y en el corazón de todos los palestinos y, por supuesto, de los antimperialistas y antifascistas de todo el mundo:

 

Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos.
Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos.

En Jerusalén, vestí mis heridas y respiré mis penas
Y cargué el alma en mi mano
por una Palestina árabe.
No voy a sucumbir a la “solución pacífica”,
nunca bajaré mis banderas
hasta que los eche de mi tierra.
Los lanzaré fuera en un tiempo por venir.

 

Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos. 
Resiste al robo del colono.

y sigue la caravana de mártires.
Trituremos la constitución vergonzosa
que imponía degradación y humillación
y nos impidió restablecer la justicia.
Quemaron a los niños que no tienen culpa;
como a Hadil, que lo ejecutaron en público,
lo mataron a plena luz del día.

Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos.
Resiste al ataque de los colonialistas.

No le hagamos el juego a sus infiltrados
que nos encadenan con la ilusión pacífica.
No temas a lenguas inciertas;
La verdad en tu corazón es más fuerte,
Todo lo que resistes en la tierra
lo has vivido entre los asaltos y la victoria.
Como Ali llamó desde su tumba:
Resiste, mi pueblo rebelde.

Escríbeme una prosa en la madera de agar;
Mis restos te tienen como respuesta.

Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos.
Resiste, mi Pueblo, resiste contra ellos.

 

Dareen Tatour

 


Fuente: http://cuestionatelotodo.blogspot.com/2017/12/dareen-tatour-poeta-palestina-resiste.html